La implementación de zonas peatonales, restricciones de parqueo y disminución de la velocidad máxima de circulación de vehículos ha permitido que la ciudad de Pontevedra reduzca en casi su totalidad las muertes por atropello y además ha regresado los espacios públicos a las poblaciones más vulnerables, como la niñez y adolescencia.

El concepto de las bicicletas compartidas se aplica en comunidades de la Ciudad de México en alianza con organizaciones no gubernamentales y gobiernos locales, después de recuperar 1600 bicicletas que estaban destinadas al basurero por una empresa privada que frente a la pandemia decide cerrar operación.

Repartidores en bicicleta en la Ciudad de México aprenden de las experiencias de cooperativismo de repartidores de otros países, como Francia, y ante la emergencia del COVID-19 y las situaciones vividas durante la pandemia , se organizan en colectivos para repratir producto, que luego se transforman en empresas cooperativas que les da mejores garantías y les permite generar sus propio modelo de negocio.

La mobilidad urbana sostenible y accesible es un problema en la ciudad de México que los bicitaxis y mototaxis han venido a solventar. Un tipo de servicio que ha existido en algunas partes de la ciudad desde hace décadas, que tuvo que organizarse y formalizarse en los últimos cinco años. Esto les ha permitido seguir dando el servicio, pero además empezar a buscar ofertas de transporte que sigan siendo accesibles para la población pero más amigables con el medio ambiente.

La municipalidad de Monterrey ha creado o mejorado 12 cruces en al ciudad, así aumentando la cantidad de personas que cruzan por los semáforos y mejorando la percepción de seguridad de los peatones. Para lograr incidir más en reducir los atropellos, se exploran opciones como hacer los cruces a nivel de banqueta, y trabajar un cambio cultural porque muchos residentes todavía creen que abrir espacio para el peatón aumenta las presas.